Las mujeres usan todo el cerebro para percibir la belleza. Los hombres solamente usan la mitad.


Las mujeres utilizan ambos hemisferios cerebrales para percibir la belleza. Los hombres sólo utilizan el hemisferio derecho.

Según explico Camilo J. Cela Conde a Europa Press, "el estudio constata las diferencias en la actividad cerebral que existen entre mujeres y hombres al percibir la belleza. Mientras que las mujeres utilizan ambos hemisferios cerebrales, los hombres llevan a cabo la tarea sólo con el hemisferio derecho". 

Para el equipo de investigadores, el por qué de las diferencias no es fácil de indicar. El estudio incluye una explicación evolutiva que apunta a que mujeres y hombres, durante la evolución humana, siguieron distintas estrategias de caza y recolección de alimentos que se sabe condujeron a diferentes maneras de orientarse. "Es posible que ese hecho afecte también a la percepción de la belleza. Al fin y al cabo, el poder simbólico de los objetos decorativos es muy alto y está relacionado sin la menor duda con aspectos sociales", añade Cela.

Una de las novedades del estudio es la comparación entre mujeres y hombres en cuanto a la percepción de imágenes bellas, así como el uso de la técnica de la magnetoencefalografía. Los autores la habían utilizado ya en experimentos anteriores que les permitieron poner en evidencia la activación cerebral selectiva ante estímulos considerados como bellos por parte de las mujeres.

Los autores examinaron la actividad cerebral en la corteza de 10 hombres y 10 mujeres a los que se les mostraron pinturas y escenas urbanas y les pidieron que las tasaran como "bellas" y "no bellas". Para ello, estudiaron los campos magnéticos producidos por las corrientes eléctricas de las neuronas mediante la técnica de la magnetoencelografía (MEG).

Percepción inmediata

Los investigadores descubrieron que en ambos sexos la actividad era mayor en el lóbulo parietal y que llegaba a su máximo en el periodo de 300 a 900 milisegundos después de que las imágenes se mostraran a los participantes. Este lapso de tiempo sugiere que la actividad está relacionada con el juicio que se realiza sobre la imagen en vez de con su percepción inmediata.

Según los autores, dado que el lóbulo parietal ha evolucionado en gran medida desde que divergieron los linajes de humanos y chimpancés, la disparidad de género en la apreciación de la belleza probablemente sea posterior a esta separación.
Fuente: EuropaPress

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