Mientras más tiempo estés con alguien que te guste, más atractivo se volverá para ti


Mientras más tiempo estés con alguien que te guste, más atractivo se volverá para ti. Esto es conocido como "atracción por proximidad".

La proximidad no solo hace que la gente llegue a conocerse, a menudo influye también en las citas y matrimonios (Davie y Reeves, 1939). La investigación de Festinger, Schatchter Back (1950) mostró que las tres personas con las que mantenían mejores relaciones los estudiantes universitarios que vivían en una residencia eran las personas que vivían más próximas. Asimismo, autores como Byrne y Buehler (1955) han constatado que las relaciones establecidas por los estudiantes durante el semestre están en función de la distancia entre los asientos, es decir, la proximidad física influye en el hecho de que los estudiantes lleguen a conocerse. No obstante, las correlaciones encontradas entre distancia física y atracción no nos aseguran que la proximidad provoque las relaciones, pudiera ser que las personas que comparten ciertas características (religión, status, económico, etc.) prefieran vivir unas cerca de otras.

Existen varias explicaciones sobre la influencia de la proximidad física a la hora de establecer relaciones (Moya, 1999; Brehm, 1992):
  1. Las personas más cercanas físicamente son también, generalmente las más accesibles (Berscheid y Reis, 1998).
  2. Con la exposición repetida, los sentimientos de ansiedad ante lo desconocido decrecen, y esa persona nueva gradualmente llega a ser familiar (Baron y Byrne, 1998).
  3. La proximidad puede incrementar la familiaridad y esta puede, a su vez, aumentar la atracción. El efecto de la mera exposición (Zajonc, 1968) consiste en que la percepción de forma repetida de un estímulo que inicialmente es neutral o positivo lleva a una mayor atracción hacia el estímulo.
  4. La semejanza, ya que las personas que compartimos ciertos espacios solemos tender a parecernos en otros aspectos (como son ideología, aspiraciones, problemas, etc), y bien tenderemos a juntarnos por ser semejantes o porque nos hemos ido haciendo semejantes como consecuencia de estar juntos.
  5. Por último, según las teorías de la consistencia cognitiva, cuando tenemos que pasar mucho tiempo con una persona y la relación nos resulta desagradable, tendemos a restablecer el equilibrio, bien intentando apartarnos de ella o descubriendo que esa persona no era tan desagradable como pensabamos.
La proximidad influye positivamente en la atracción siempre que la persona inicialmente nos resulte positiva o neutra, no negativa.

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