Tan solo 19 clics son suficientes para llegar a cualquier página web.


Tan solo 19 clics son suficientes para llegar a cualquier página web. Esto es gracias a los nodos de un escaso número de páginas hiperconectadas que mantienen a la red perfectamente integrada.

En 1967, Stanley Milgram, un psicólogo social de la Universidad Harvard, llevó a cabo un experimento en el que los participantes debían entregar una carta a individuos desconocidos a miles de kilómetros de distancia a través de una cadena de intermediaros que pudieran estar ligados con el destinatario. ¿Cuántas conexiones necesitarían? Cientos vaticinaban algunos, decenas los más optimistas, pero la realidad es que solo fueron necesarias seis personas para dar con el receptor.

Esta teoría de los seis grados de separación, que refleja cómo los casi 7.000 millones de individuos del mundo están más cerca de lo que parece, también halla su sustento en la manera en que se organiza internet. El número de clics para llegar a cualquier página web nunca superará los 19, según un estudio publicado por la sociedad científica británica, Royal Society.

La razón por la que los miles de millones de páginas que nutren la red sean accesibles en tan pocos pasos radica en los nodos interconectados que enlazan los diferentes contenidos por muy alejados que estén. Estos vínculos tienden a agruparse fuertemente creando estructuras de comunidad con diferente presencia en la Red.

Menos de cuatro links
Uno de los principales rasgos de la arquitectura de internet es la «injusticia» en el reparto de rangos. Unos pocos nodos acaparan casi todos los nexos y casi todos los nodos se tienen que conformar con unos pocos nexos. Como explica uno de los mayores expertos en redes, el físico húngaro, Albert-László Barabási, el 80% de las páginas web tiene menos de cuatro links, y sólo una página de cada 10.000 tiene más de mil links. Esas pocas páginas hiperconectadas son las que mantienen junta la red. La desaparición de un número relativamente pequeño de este tipo de página supondría una desintegración total.

Este tipo de redes se denominan «libres de escala» precisamente porque el número posible de «vecinos» de un nodo difiere en varios ordenes de magnitud, puesto que unos pocos sitios reciben gran cantidad de enlaces, mientras que la mayoría no recibe ninguno, afirma Barabási.

La distribución estadística presente en la organización de internet es más frecuente de lo que parece y se puede encontrar en todo orden de cosas. Uno de los ejemplos más claros es el lenguaje. El lingüista norteamericano, George K. Zipf, lo descubrió observando las frecuencias de las palabras en inglés. El término más común, «the», aparece el doble de veces que la segunda, «of», el triple que la tercera, el cuádruple que la cuarta y así.

Al igual que ocurre en la Red, unas palabras se emplean constantemente mientras que otras solo aparecen de forma muy ocasional. La desaparición de esas preposiciones haría imposible el uso del lenguaje, como las páginas hiperconectadas ocasionarían una desintegración en la conectividad de las webs.

Fuente: ABC.es

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