Vagina compleja de Las Patas


Las Patas (hembra del pato), poseen una vagina compleja con muchos bolsillos y túneles para confundir a los patos indeseados y prevenir la fertilización del macho equivocado.

Las anátidas pueden quizás gozar de la dudosa reputación de ser uno de los animales con mayor “índice de violación” en el reino animal, los patos del sexo masculino son en realidad unos perversos y perturbados mentales con un exceso de testosterona y muy poca “moralidad”. Bueno así podría empezar una crónica periodística de esas que estamos acostumbrados a leer pero la realidad, en este caso, supera los excesos de algunos “pobres periodistas” . Las “violaciones” de patos super hormonados sobre las incautas hembras son brutales (ver vídeo más abajo) pero lo verdaderamente curioso es que tras la persecución las hembras de pato optaban muy habitualmente a no forzar la situación y dejarse llevar por aquella horrenda situación (haced conmigo lo que queráis malvados), ahora sin embargo entiendo por qué, desestimado cualquier intento de negarse a la cópula, su vagina se encarga de hacer el resto.


Vagina de las Patas

La reproducción de estos animales es el tema de una curiosa investigación llevada a cabo hace ya unos años por la Universidad de Yale para explicar la extraña morfología de sus órganos sexuales, muy diferentes a los de otras aves, las hembras han desarrollado una vagina en forma de espiral para poder defenderse de los machos agresivos que, como ya he dicho, las fuerzan a mantener relaciones sexuales.
“En los patos, las hembras pueden evitar que el pene del macho las penetre completamente, pero éste puede lograr una erección en menos de medio segundo, lo que le permite copular aun cuando las hembras están tratando de resistir durante un acto sexual forzado”, explica la investigadora.

La lucha por el control del proceso reproductivo subyace detrás de esta batalla entre sexos, según Patricia L. R. Brennan, excelente frase de la principal autora del estudio publicado hace ya varios años en ‘Proceedings of the Royal Society B’ y que podemos leer totalmente integro en PloS ONE .


Pero veamos con mayor profundidad esta curiosa guerra de sexos, por un lado tenemos a machos que se ven favorecidos por tener este complejo pene en forma de espiral, aquí no es dificil adivinar que los machos con mayor longitud y “espiralidad” en su pene se ven favorecidos por la selección natural, ya que estos machos son seleccionados favorablemente y la tendencia evolutiva generada es por tanto una gran competencia por el recurso de las hembras que en este caso no se mide por comportamientos estereotipados, ni por competición entre machos, ni por exhibición de atrayentes sexuales (plumaje vistoso), todos estos factores aunque significativos en el apareamiento de los patos no creo que sean tan determinantes como puede en última instancia la capacidad de penetración (violación) que pueda tener un macho. Dicho esto, el problema si es algo más peliagudo para el caso de las hembras, donde cabe preguntarse cuales son las ventajas finales que obtiene una hembra para no dejarse fecundar por otros machos que no sea el que ella ha elegido (?).


Probablemente ( y hablo desde la probabilidad de atinar en la predicción), la hembra elige al macho por todo lo explicado anteriormente ( comportamiento estereotipado en el ritual, plumaje, y todas esas garantias que suelen traducirse en buenos genes), pero usualmente se ve forzada a cópulas no seleccionada por ella, el éxito reproductor por tanto de la hembra será en tanto en cuanto su descendencia sea la que “ella” ha elegido del macho que la hembra ha seleccionado. “Probablemente en esta guerra de sexos las vencedoras sean las hembras, pero es especular…”

En esta guerra ambos (machos y hembras) luchan por procrear, y expandir sus genes, salvo una diferencia, aunque las anátidas son monógamos, los machos poseen una cierta ventaja a la hora de expandir sus genes ya que estos usualmente invierten menos en el cuidado parental, o al menos invierten mucho menos de lo que lo haría una hembra, por este motivo los machos parten con esa pequeña “ventaja” en esta guerra, por el contrario las hembras seleccionan cuidadosamente con quien se aparea. Sin embargo vamos a ver como esta ventaja inicial puede no ser determinante en el final y balance de esta guerra.

Estrategias a parte (las hay a la carta), lo que en última instancia quiere la hembra es un macho vigoroso, “apuesto” y buenos genes para mezclarlos con los suyos propios, en la mayoría de las estrategias donde los machos intentan procrear con el máximo número de hembras posibles, los machos suelen ofrecer a las hembras un recurso (usualmente alimento), por lo que poseer un territorio de abundantes recursos puede ser ventajoso, esto ocurre con por ejemplo el Indicador de la miel (Indicator xanthonotus) que defiende territorios donde hay colmenas y así se aparea con cuantas hembras “quiera” (creo que hasta 15 ó 20…), en estos casos ( piensa en el ciervo puede ser un buen ejemplo), la hembra tiene una garantía, ya que,… que el macho posea un determinado territorio significa que se lo ha debido de ganar a pulso contra otros machos. Otras veces no es solo comida, puede ser lugares propicios donde construir nidos, o cómo los construye, o simplemente la presencia visual de alguna característica que la hembra traduce como un macho óptimo, en las golondrinas por ejemplo (Hirundo rustica) las hembras prefieren machos con la cola más largas (las de las plumas rectrices me refiero…).

Pero volviendo con los patos, ¿qué es lo que ocurre?

Bueno, aunque son monógamos (la mayoría), como dije antes los machos lo que quieren es expandir lo máximo involucrándose lo mínimo, ¿cómo? con cuantas mas hembras tenga la capacidad de fecundar MEJOR! (¿os suena?). Pero a la hembra lo que le interesa es; elegir un “buen macho” que le ayude en la cría.

Desde mi punto de vista, en este curioso caso lo que ocurre es que los machos empezaron explotando un recurso en el apareamiento mediante la fuerza (y al principio seguro que les salió bien), es decir, mientras que las hembras elegían los machos más “guays”, los machos menos “guays” explotaron una estrategia violenta de apareamiento para maximizar su éxito (probablemente este sea el origen de los penes “avianos”) reproductivo, con lo cual las hembras se vieron en desventaja, ya que bajo un sistema donde el macho no puede preveer con certeza su descendencia la estrategía de la monogamia no es evolutivamente estable (EE) para el macho, y eso le hará sin duda alguna desestimar cualquier apoyo a la hembra ( fin de la monogamia).

Pero como he comentado a la hembra le interesa que el macho se involucre al máximo ( no habría que hablar de intenciones en el concepto humano sino de estrategias evolutivas en la guerra de sexos, creo que utilizando este lenguaje se hace más comprensible), por lo que intentará mecanismos que garanticen la paternidad de la pareja elegida, en este caso, esto es así porque los machos han contra-atacado con la cópula “forzada” extra pareja.

De esta forma las hembras han contraatacado de nuevo con vaginas más complejas, la estrategia de los machos han evolucionado para tener penes más largos y las hembras complejas vaginas. Ahora bien, ¿cómo se ha producido esto?, ¿o cómo ha sido la selección natural que explica la predicción?, es ciertamente complejo pero está claro que las hembras que consiguen un compañero para la criar es porque le garantiza de alguna forma que la descendencia es de quién ella ha querido (entiendase su pareja) y no de los machos que han copulado con ella en aventuras extra-pareja no consentidas, desconozco qué mecanismos tienen los machos para reconocer esto pero he leído por algún sitio que solo el 3% de la descendencia es de otro macho que no sea su pareja, como dije esta batalla de momento la ha ganado la hembra.


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