Los mentirosos tienen peor salud


Una investigación de la Universidad de Notre Dame, EEUU, determinó que los mentirosos tienen peor salud que las personas honestas.

Una investigación estadounidense determinó que mientras los ciudadanos que procuran decir la verdad mejoran sus relaciones personales y sus lazos sociales, las personas que mienten con frecuencia padecen de más dolores de cabeza e irritación en la garganta.

Científicos investigadores de la Universidad de Notre Dame, en Estados Unidos, revelaron recientemente los resultados en un estudio que sugiere, que aquellos que mienten menos gozan de una salud envidiable comparado con las personas que mienten más.

Los resultados, que fueron presentados en la 120 Convención Anual de la Asociación Americana de Psicología, intentaban demostrar si vivir siendo más honestos mejoraría nuestra salud.

En este sentido, Anita E. Kelly y sus colegas trabajaron con 110 adultos, a los que dividieron en dos grupos: A uno se le indicó que procurará decir la verdad, mientras que el otro no sabía nada y podía actuar con libertad.

“Analizando ya en el laboratorio una serie de parámetros, comprobaron que las personas que reducían su tendencia a mentir estaban más sanas que aquellas que no”, dijo la experta.

También se reveló que la mayoría de las mentiras cotidianas son para dar falsas excusas como el retraso en una cita o la incumplimiento en las tareas, no obstante, éstas también suelen provocar dolores de cabeza.

Para sustentar el estudio, el Dr. Bryan Bruno, Director del departamento de psiquiatría del hospital de Lenox Hill, en Nueva York, sostuvo que “mentir produce mucho estrés en las personas, lo que contribuye a generar ansiedad y depresión”.

“Mentir menos no solo es bueno para la relaciones, sino también para uno mismo, ya que podemos reconocer el devastador impacto de las mentiras en las relaciones, pero es más difícil que nos demos cuenta hasta qué punto puede causar mucha tensión interna”, agregó el experto.

Según la investigadora, en promedio, las personas mienten alrededor de 11 veces por semana.

Otro descubrimiento de la investigación fue que los participantes se comprometieron con las tareas y eran honestos sobre sus logros diarios. Por ejemplo: dejaron las excusas a la hora de completar las tareas, y también construyeron estrategias para evitar las mentiras, como responder a las preguntas difíciles con otra pregunta, o distraer a la persona.

Fuente: TelesurTV

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