¿Los perros sienten celos?


En un estudio de académicos en la Universidad de California se encontró que los perros mostraban comportamientos de celos cuando sus dueños mostraban afecto hacia un pero de peluche mecánica que ladraba, gemía y movía su cola.

Por afuera Fido es sólo un labrador café. Pero por dentro, podría ser un animal un poco posesivo.

Una nueva investigación sugiere que los perros pueden exhibir celos, una emoción humana normalmente atribuida a hermanos pendencieros o el tercero en un triángulo amoroso.

En un estudio de académicos en la Universidad de California, San Diego, en Estados Unidos, se encontró que los perros mostraban comportamientos de celos cuando sus dueños mostraban afecto hacia un perro de peluche mecánico que ladraba, gemía y movía su cola. Los perros mordían y empujaban al perro de peluche e intentaban ponerse en medio de este y el humano.

Puede que esto no sea sorpresa para cualquier dueño de múltiples cachorros, quienes los han visto disputarse el espacio en el regazo de alguien. Y no es inusual que las personas asignen sentimientos humanos a sus perros, cuyos ojos desanimados parecen lugares profundos de emociones en comparación con los de, digamos, los gatos.

Pero los expertos en comportamiento animal dicen que el estudio es un avance significativo para entender las vidas emocionales de nuestros perros.

"Este es el primer estudio que conozco que plantea directamente esta pregunta: ¿los perros se ponen celosos?”, dijo Marc Bekoff, autor de Why Dogs Hump and Bees Get Depressed: The Fascinating Science of Animal Intelligence, Emotions, Friendship, and Conservation (¿Por qué los perros montan y las abejas se deprimen: la ciencia fascinante de la inteligencia, emociones, amistad y conservación de los animales).

El estudio de Christine R. Harris y Caroline Prouvost fue publicado el pasado miércoles en la revista PLOS One, una revista científica en línea revisada por científicos. Para su investigación, los autores grabaron en video a 36 perros individualmente en sus casas mientras su dueños los ignoraban e interactuaban con una serie de tres objetos: el perro falso, el libro de un niño y una calabaza de plástico que también era una lámpara.

Los caninos incluían a 14 razas pequeñas como pugs, perros salchicha, corgis y terriers.

Los investigadores escogieron razas pequeñas para que pudieran controlar más fácilmente a los perros si actuaban violentamente.

Los perros actuaron celosos cuando sus dueños acariciaban al perro de peluche y le hablaban dulcemente como si fuera real, aunque mostraron menos comportamiento parecido cuando el dueño le mostraba atención a la calabaza o leía en voz alta el libro para niños, que tenía páginas emergentes y tocaba melodías.

De esta forma, según lo que sugiere el estudio, los celos de los perros fueron desencadenados por la interacción social y no solamente porque sus dueños los ignoraban para prestarle atención a un objeto inanimado. El 86% de los perros olió el trasero del perro de juguete durante el experimento, así que muchos de estos pudieron verlo como real.

Los resultados reflejan los de otros estudios en los que se encontró que los bebés humanos de tan solo seis meses de edad mostraban comportamientos de celos cuando sus madres interactuaban con un muñeco que se veía real. Sin embargo, los bebés no actuaban celosos cuando sus madres atendían a un objeto no social como un libro.

"Estos resultados respaldan la hipótesis de que los celos tienen una forma ‘primordial’ que existe en los bebés humanos y en al menos otra especie social además de los humanos”, se dijo en el estudio.

Aunque la mayoría de los animales claramente demuestra emociones primarias como enojo o miedo, los estudios han sido menos concluyentes en la determinación de si los perros pueden tener emociones más complicadas como culpa o vergüenza, de acuerdo con Bekoff.

Pero dijo que en la investigación se mostró que los perros sí entienden cuando son tratados injustamente.

"Los perros son observadores sociales realmente perspicaces”, dijo Bekoff.

La experta en comportamiento animal, Patricia McConnell, autora de For the Love of a Dog (Por el amor de un perro) y otros libros, dijo que estaba impresionada con la metodología del nuevo estudio.

Pero no tan sorprendida con sus resultados.

"Creo que compartimos una cantidad tremenda de vida emocional… con los perros”, dijo. “Pero nunca pensé en los celos como una emoción particularmente compleja (en los animales). ¿Los celos humanos son exactamente iguales a los celos de los perros? Estoy segura que no”.


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