Los Humanos Brillamos en la Oscuridad


Los humanos son bioluminiscentes, pero la luz emitida por el cuerpo es 1.000 veces más débil de lo que nuestros ojos pueden registrar.

Aunque se sabía que todos los seres vivos emiten fotones espontáneamente como resultado de reacciones químicas dentro de sus células, ésta es la primera vez que la bioluminescencia de los seres humanos ha sido captada por una cámara.

Bioluminiscencia humana
Los investigadores japoneses usaron cámaras ultrasensibles durante varios días descubriendo un ciclo de 24 horas. La emisión de luz es más alta por la tarde y brilla más en mejillas, frente y cuello.

Tal y como citan en PLoS ONE, los investigadores describen la forma en la que a los voluntarios se les fotografió la parte superior del cuerpo utilizando cámaras ultra-sensibles en un período de varios días. Sus resultados muestran que la cantidad de luz emitida sigue un ciclo de 24 horas, más alto por la tarde y más bajo por la noche, y que la luz más brillante es emitida por las mejillas, frente y cuello.

Extrañamente, las zonas que producen la luz más brillante no se corresponden con las zonas más brillantes en las imágenes térmicas de los cuerpos de los voluntarios.

La luz es mil veces más débil que la que el ojo humano puede percibir. A un nivel tan bajo, es poco probable que sirva a ningún propósito evolutivo en los seres humanos – aunque la emisión con más fuerza por parte de los animales, como las luciérnagas, gusanos y peces de aguas profundas, pueda ser utilizada para atraer a compañeros y para iluminación.

La bioluminiscencia es un efecto secundario de las reacciones metabólicas dentro de todas las criaturas, el resultado de que los radicales libres muy reactivos producidos a través de la respiración celular interactúen con la libre flotación de lípidos y proteínas. Las moléculas “excitadas” que resultan pueden reaccionar con químicos llamados fluoróforos para emitir fotones.

La bioluminiscencia humana se ha sospechado durante años, pero hasta ahora las cámaras necesarias para detectar este tipo de fuentes de luz tenue necesitaban más de una hora para capturar una sola imagen y así no eran capaces de medir la constante fluctuación de la luz de los seres vivos.

Aunque las aplicaciones prácticas del descubrimiento son difíciles de imaginar, uno no puede dejar de preguntarse qué otras sorpresas tiene almacenado para nosotros el cuerpo humano.

Fuente: Pajareo

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