Implante de cerebro permite que un mono controle a otro usando solo su mente.


Un grupo de investigadores han logrado que un mono controle con su cerebro los movimientos de otro primate.

En un estudio con importantes implicaciones para buscar nuevas formas de revertir la parálisis, un equipo de investigadores en EEUU ha logrado que un mono controle con su cerebro los movimientos de otro primate que estaba sedado.

El logro, realizado gracias a implantes en el cerebro y la médula espinal, puede abrir nuevas vías en la investigación para tratar a personas que están paralizadas por lesiones en la médula espinal u otras dolencias.

El mayor problema de las lesiones de médula es que las órdenes que envía el cerebro a las piernas, por ejemplo, no llegan nunca a las extremidades ya que se transmiten por la médula espinal. Desde hace años, investigadores de todo el mundo buscan formas de evitar esa desconexión entre cerebro y extremidades.

Avances anteriores habían mostrado, por ejemplo, que un ratón puede controlar a otro si sus cerebros están conectados. Otros trabajos habían demostrado que un primate puede manejar un brazo robótico o el cursor de un ordenador con su pensamiento y también manejar un brazo robótico.

El nuevo trabajo va un paso más allá. En el experimento intervienen dos macacos denominados respectivamente «maestro» y «avatar».

El primero tiene implantados electrodos en el cerebro que graban la actividad de un pequeño grupo de neuronas. Previamente, el maestro ha aprendido a usar un mando para mover un cursor en una pantalla hasta una diana.

Lo que han hecho los investigadores, de la Universidad de Harvard, es conectar el cerebro del maestro con una máquina que descodifica en tiempo real la actividad de sus neuronas y la envía directamente a la médula espinal de su avatar. Este no es más que otro primate sedado.

En tiempo real, los investigadores logran que el avatar mueva su brazo hacia el mando y consiga realizar el ejercicio correctamente en torno al 84% de las veces. Además, el papel de maestro y avatar es intercambiable, produciendo resultados similares, según explican los autores.

Los autores, que han publicado su estudio en Nature Communications, decidieron sedar al avatar y no lesionarlo permanentemente.

Tratamiento en humanos

Por ahora la técnica es demasiado cruda como para ser usada en humanos. Para empezar es necesaria la instalación de electrodos en el cerebro y la médula y los movimientos que se logran no son ni mucho menos perfectos.

Pero, en teoría, poder transmitir las órdenes del cerebro a la médula podría ayudar a reconectar la autopista nerviosa que está cortada en personas con parálisis.

«Este trabajo es un paso clave que demuestra el potencial de los interfaces entre cerebro y máquina usados en restaurar el movimiento de personas con parálisis», opina Bernard Conway, un investigador en ingeniería biomédica de la Universidad de Strathclyde (Reino Unido) que trabaja en este campo pero que no ha participado en el estudio. «Sin embargo, aún queda mucho trabajo por hacer antes de que esta tecnología llegue a las personas que la necesitan», ha añadido el experto, entrevistado por Science Media Centre.

Para Christopher James, un experto en interfaces máquina-cerebro, lo importante es que se haya podido convertir la actividad neuronal del maestro en señales entendibles por un ordenador y después ser retransmitidas como impulsos a la médula del mono avatar con la suficiente finura como para hacer que se mueva su brazo de forma precisa. «Esto tiene profundas implicaciones para controlar el movimiento de extremidades después de una lesión de médula o para que un amputado pueda mover una prótesis», resalta.

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