Inspirado por el atentado del 9/11 se suicida


En el 2002 un joven de 15 años inspirado en el atentado del 11 de septiembre, robó una avioneta y la estrelló contra el piso 28 de un edificio, donde solamente se mató él mismo.

Charles Bishop, de 15 años, hacía un curso de piloto. Pero el sábado abandonó a su instructor y decidió estrellar una avioneta contra el piso 28 de un edificio. Y además dejó una carta en la que reivindica a Osama bin Laden.

Era "un joven extraño" y con "pocos amigos". Así definieron algunos de sus conocidos a Charles Bishop, el piloto de sólo 15 años que, a bordo de un vuelo fatal, hizo estrellar el sábado un pequeño avión contra un rascacielos de Tampa, Florida. Los investigadores confirmaron esos dichos cuando revisaron su computadora y se convencieron aún más cuando descubrieron la nota en la que explicaba que había sido un gesto deliberado de apoyo al líder de la red Al Qaeda y terrorista más buscado por Estados Unidos, Osama bin Laden.

Según fuentes policiales, los investigadores encontraron una nota suicida en el bolsillo de Bishop, donde el joven expresaba su respaldo a los 19 terroristas que derribaron el World Trade Center en Nueva York, el 11 de setiembre pasado.

De todas maneras, dijeron que no existe ningún vínculo entre Bishop, que estrelló un avión liviano contra el piso 28 del Bank of America Plaza el sábado a la noche, y alguna organización terrorista de las tantas a las que Washington les declaró la guerra. El joven fue la única víctima.

El incidente protagonizado por Charles Bishop, sin embargo, planteó una gran preocupación respecto de la seguridad de miles de aviones pequeños en aeropuertos de todo el país que, según muchos funcionarios del sector de la aviación, son vulnerables a la misma amenaza.

El adolescente estudiaba aviación en la escuela de vuelo del Aeropuerto Internacional St. Petersburg-Clearwater. El sábado, poco antes de las 5 de la tarde, se subió al avión y despegó sin autorización.

Poco antes de partir, su instructor le dijo que lo esperara en el asiento del acompañante, pero Charles no dudó en decolar. Voló hacia el este, ignorando al piloto de un helicóptero de la Guardia Costera que le hacía señas para que se detuviera, y se dirigió hacia un grupo de edificios de oficinas en el centro de la ciudad.

Según uno de los investigadores, el joven controlaba perfectamente el avión de cuatro plazas y, al parecer, sabía exactamente qué iba a hacer. Se negó a entablar contacto por radio durante los 12 minutos que duró el vuelo.

"Charles Bishop era un joven con pocos amigos y muy solitario", dijo uno de los investigadores, Bennie Holder, en una conferencia de prensa.

"Con esta acción, suponemos que se trataba de una persona con muchos problemas". Sus vecinos y los compañeros de escuela de Florida y Massachusetts lo describen como un alumno brillante, un chico tranquilo, educado, de buenos modales: un joven estadounidense promedio.

Otros lo recuerdan como un joven tranquilo e introvertido. "No hablaba con nadie", dijo Brit Schunther, 15, un vecino de Palm Harbor. "Era un solitario".

Los funcionarios a cargo de la investigación no llegan a determinar por qué el joven simpatizaba con Osama bin Laden y su causa contra Estados Unidos. Y se pasan las horas desde que Charles se lanzó sobre el edificio, entrevistando a su madre, Julia Bishop, en su departamento en Palm Harbor.

Mientras que a los pasajeros de las líneas aéras les revisan los zapatos en busca de explosivos, la facilidad con la que un chico de 15 años puede estrellar un avión resalta las normas de seguridad muy distintas que se aplican en el sistema de aviación general de Estados Unidos, como se conoce a los aviones livianos y a los charters.

Hanspeter Tshcupp, que tiene una escuela de aviación cerca del establecimiento donde el joven robó el avión, dijo que, de ahora en más, sus instructores se quedarían con los alumnos todo el tiempo.

Pero las escuelas de aviación no son el único problema. La mayoría de los aviones privados quedan detrás de cercos que no son seguros en aeropuertos pequeños. Es muy fácil abordarlos y a un terrorista, o a cualquier persona, le resultaría muy sencillo usar un avión privado como un arma mortal.

El gobierno de George Bush reconoce la amenaza que esto plantea y, de hecho, prohibió la aviación general cerca de los aeropuertos grandes durante tres meses después de los atentados del 11 de setiembre. Recién levantó las restricciones el mes pasado. En cambio, hubo pocos cambios en materia de seguridad y menos aún en relación a los pequeños aviones.

Fuente: Clarín.com

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